Noticia aparecida en Red Aragon el Martes, 29 de Junio de 2004.

Una ermita oculta entre montes

Alcañiz de la Huerva se encontraba a cuatro kilómetros de Aladrén, seis de Tosos, diez de Paniza y catorce de Cariñena Los restos del monasterio se encuentran escondidas entre los montes.

Con fecha 15 de marzo de 1982 se abre expediente de declaración de Monumento Histórico-Artístico a favor de la ermita del Santo. Esta declaración protegía oficialmente al edificio: en él no podría realizarse obra alguna sin la aprobación de la Dirección General de Bellas Artes, ni mucho menos despojarlo o derribarlo, incluyendo la obligación de los propietarios y poseedores de realizar en él las obras necesarias de consolidación y conservación.

Era tarde, muy tarde, porque el deterioro estaba ya muy acusado y además resultó papel mojado. Hoy, 22 años más tarde, tras bárbaro expolio, el deterioro es total.

 

 

 

 

 

 

El Santo, situado en término municipal de Tosos, en la orilla izquierda del río. La Huerva, en la parte alta del Pantano de Las Torcas, incluye los lamentables y preciosos restos de un monasterio cisterciense al pie de un cerro con dos cimas, donde aún se aprecian los restos de una fortaleza medieval. A pocos metros de la puerta del Monasterio estaba Alcañiz de la Huerva en unas hoy "tablas" de labor, donde se encuentran restos de cerámica de los siglos XI al XIV y donde al trabajar la tierra aparecieron más de 30 planchas de hogar (fuegos). A cuatro kilómetros de Aladrén, seis de Tosos, diez de Paniza y catorce de Cariñena, sin comunicación directa con Herrera y Aguilón en la orilla derecha del Huerva, difícil era preservar, sin otros medios su rico patrimonio. El 28 de febrero de 1974 Francisco Burillo Mozota, preparando su libro "EL Valle Medio del Ebro en Epoca Ibérica", descubrió un asentamiento celtibérico del siglo II a. C. en el espacio entre las dos cimas con restos del castillo medieval. Hasta la reconquista hay una época oscura sin más dato que el nombre "Alkanic" "Las Iglesias" o "Mezquita". En 1124, según Lacarra (documento 106) Alfonso I El Batallador cede a los Hermanos Fuela y Pelayo el castillo de Alkanit de la Huerva para que tengan cada uno una tercera parte del mismo, reservándose otra para el rey. No debió ser por mucho tiempo, porque el 3 de abril de 1276 Ximeno de Urrea lega a su hijo y heredero Aladrén, Alcañiz, Luco y Paniza, pueblos de los que es señor.



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